La Teoría del Big Bang
El Universo muestra
propiedades muy parecidas en todas las direcciones. Dado que no hay ninguna
razón para que estemos situados justo en su centro, eso indica que el Universo
es parecido en todas partes, lo cual indica la propiedad de homogeneidad. El
modelo del Big Bang se basa en ese supuesto, así como en que el Universo está
expandiéndose.
Debido a esa expansión, si se retrocediera en el tiempo, se vería cómo la
materia se va comprimiendo más y más hasta alcanzar densidades muy grandes.
Antes de llegar al instante cero, definido como el tiempo en el que la densidad
se hace infinita, la física actual deja de ser válida. Se hace necesario
aplicar una teoría cuántica de la
gravedad. Lo que si se puede lograr es acercarse mucho a ese instante
cero (hasta tan sólo 10-43 s de él, lo que se conoce como
tiempo de Planck. A partir de ese instante, el modelo del Big Bang empieza a
ser una buena descripción de la historia del Universo.
Según esta teoría, el
universo se originó a partir de una gran explosión que proyectó toda la energía
y la materia existentes, donde Según Tipler, P. y Mosca, G. (2 011),
inicialmente, las cuatro fuerzas de la naturaleza (fuerte, electromagnética,
débil y gravitatoria) se encontraban unificadas en una sola fuerza. Los físicos
han conseguido desarrollar con éxito teorías que unifican las tres primeras
fuerzas, pero hasta ahora no existe la teoría cuántica de la gravedad,
necesaria para las densidades gigantescas de aquel período con una sola fuerza.
La elaboración de esta teoría la inició Einstein en 1917. Se partió de la
hipótesis que en el Universo la distribución de la materia era uniforme, un
universo homogéneo e isótropo, que no cambiaba de forma con el tiempo, un universo
en equilibrio. Para compensar el efecto de la gravedad, Einstein introdujo en
su modelo una fuerza igual, pero de sentido contrario, a la que denominó constante cosmológica.
Según Martínez, F. y
Turégano, J. (s.f.) en 1 924, el matemático A. Friedmann demostró que este
modelo de universo no era posible, ya que con el paso del tiempo debía hacerse más
grande o más pequeño, por lo que la constante cosmológica era innecesaria.
Einstein estuvo de acuerdo con esta corrección. En 1 927, el astrónomo G. E.
Lamaître expuso la teoría de que las galaxias provienen de la explosión de un
núcleo inicial, llamado huevo cósmico o
átomo primitivo.
En la misma línea de
ideas, en 1 929, el astrónomo E. Hubble, al analizar el espectro de la luz que
nos llega de las galaxias, dedujo que todas ellas se alejan de nuestro planeta,
es decir, que el universo está en
expansión. Además, entre 1 948 y 1 952, el físico G. Gamow coincidió con
la hipótesis de Lamaître sobre el origen de las galaxias (fue el que propuso el
nombre de Big Bang), pero discrepaba en la idea de que los primeros átomos en
formarse fueran los pesados.
De acuerdo con
Martínez, F. y Turégano, J. (s.f.) asevera que Gamow indicaba que el huevo cósmico estaba
constituido por neutrones, que al descomponerse generaron protones y
electrones, los cuales se aglutinaron y formaron átomos de hidrógeno y de
helio, a partir los cuales se crearon los demás elementos.
A la teoría del Big
Bang se le hizo la crítica que, si a partir de las galaxias más alejadas se
calculaba el tiempo transcurrido, el resultado era de 2 000 millones de años,
lo cual era absurdo, ya que solamente la Tierra tiene más de 4 000 millones de
años. Según los cálculos realizados posteriormente, la gran explosión se
produjo hace unos 13 700 millones de años.
Se puede compilar la información gráficamente en la siguiente imagen, a partir del Big Bang
El modelo del Big Bang
se tomó en serio a partir de la década 1 960, cuando unos radioastrónomos
descubrieron una señal de radio que identificaron como el eco remanente del
Big Bang. Esta radiación de fondo tiene la frecuencia de las microondas.
Se le conoce como radiación de fondo cósmica, porque procede de todas las
direcciones del espacio, y de fondo, porque se detecta como una señal de radio,
descubierta, de acuerdo con Tipler, P. y Mosca, G. (2 011), por Arno Penzias y
Robert Wilson de los Bell Laboratories.
Según Álvarez, L. (2
010) la explicación de la radiación de fondo consiste, a groso modo, en que el Universo empezó siendo mucho más
caliente que una estrella. A medida que se fue expandiendo, se fue enfriando. La
radiación comenzó a viajar libremente por el espacio. Cuando la radiación
escapó, era muy similar a la luz del Sol; pero desde entonces se ha desplazado
al rojo y se ha estirado hacia longitudes de onda más grandes, convirtiéndose
en microondas. Ahora todo el Universo está lleno de esta radiación, como un
horno microondas, pero muy frío, aproximadamente -270 ºC. La radiación de fondo
se estudió usando satélites diseñados para su observación.
En los diez últimos años
se ha demostrado que esta radiación no es perfectamente uniforme, y ha servido
para conocer un poco más la naturaleza del Universo en el que vivimos. Donde la
materia era un poco menos densa que la media, la radiación pudo enfriarse un
poco, pero donde era más densa no. Así, estas diferencias en la temperatura
quedaron impresas en la radiación.
Como material complementario a lo descrito hasta acá, se recomienda observar el siguiente video
Cuando los satélites
fueron lo suficientemente sofisticados, ya en nuestro siglo, como el satélite COBE, encontraron que
la temperatura media del fondo cósmico de microondas es 2,7250 K, (-270,42 º C) y cuyas fluctuaciones están entre 2,7249 y
2,7251 K.
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