principales instrumentos de observación
La observación del cielo
a simple vista solo permite estudiar una pequeña parte del Universo. Por esta
razón se desarrollaron aparatos, instrumentos y técnicas de observación que han
permitido obtener información de zonas muy lejanas del Universo o detalles de
los astros más cercanos. Entre ellos destacan: los telescopios y radiotelescopios,
las sondas espaciales y
las naves tripuladas.
Los telescopios
ópticos recogen la luz visible, al igual que nuestros ojos, pero
ampliamente magnificada. Pueden fotografiar planetas, estrellas y galaxias.
Funcionan en la Tierra y aun mejor en el espacio obteniendo fotografías mucho
más claras.
Hay otras radiaciones
del espectro electromagnético que están en los cielos y que no podemos observar
a simple vista; muchas no llegan siquiera a la Tierra. Los telescopios terrestres de radio o radiotelescopios son antenas grandes
de disco diseñadas para recoger ondas de radio largas.
Los telescopios infrarrojos y ultravioletas deben
ser telescopios espaciales porque muy poca energía ultravioleta atraviesa la
atmósfera de la Tierra. Los telescopios Spitzer y el GALEX (Explorador de
Evolución de las Galaxias) están analizando casi todo el cielo bajo luz
infrarroja y ultravioleta respectivamente. Según Martínez, F. y Turégano, J.
(s.f.) nos ha permitido observar la formación de nuevas estrellas.
Los telescopios de rayos X (el Chandra) y
los de rayos Gamma pueden operar
únicamente en el espacio, pues los rayos Gamma, de gran energía y longitud de
onda muy corta, no pueden atravesar la atmósfera de la Tierra. Estos
telescopios nos han permitido observar la formación de agujeros negros.
Algunos ejemplos son el
Hubble fue lanzado al
espacio desde la Tierra el 25 de abril de 1 990 con gran satisfacción de la NASA y
de los astrónomos de todo el mundo. Pesa 11 toneladas y está en órbita
terrestre a 570 kilómetros de altura. Ha sido reparado y mejorado a lo largo de
los años por los astronautas. Funcionó hasta el 2 013 y fue sustituido por el
telescopio James Webb.
Si se quiere ahondar un poco sobre el telescopio Hubble, se recomienda ver el siguiente video
Se lanzaron en mayo de
2 009 dos telescopios espaciales europeos: Planck y Herschel, dos joyas de la
tecnología. Ambos observan los objetos y zonas más frías del Universo y, para
ello, los detectores deben estar enfriados hasta casi el cero absoluto (273 °C bajo
cero). Esto se logra en Herschel y
Planck con varias
tecnologías en fases sucesivas; el mayor enfriamiento exige helio líquido.
Para profundizar sobre el telescopio Planck, se puede observar el siguiente video
La vida útil de Planck, un satélite de dos
toneladas, fue de 15 meses a contar desde que todos los instrumentos estén
calibrados y listos para comenzar las observaciones astronómicas. Su objetivo fue
captar con un detalle nunca alcanzado hasta ahora las variaciones de
temperatura en la primera luz observable del Universo, 380 000 años después del
Big Bang, luz que ahora permea todo el cosmos en el rango muy frío de
microondas. La formación de las primeras estructuras del cosmos, la materia
oscura y la energía oscura pueden empezar a desvelarse con los datos de esta
misión científica. Los cosmólogos obtuvieron datos que les dieron pistas casi
sobre el origen mismo del Universo y los procesos de los primeros instantes,
para confirmar así, o descartar, sus teorías actuales al respecto.
La misión científica de Herschel, un telescopio
espacial de tres toneladas y media, debe durar al menos tres años. Su objetivo
es ver las condiciones de nacimiento y evolución de galaxias lejanas para poder
determinar exactamente su origen e historia inicial. Con él se podrán observar
las zonas de polvo y gas en que se forman estrellas. Es un telescopio de
infrarrojos con un espejo de 3,5 metros (el mayor lanzado al espacio hasta
ahora).
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